A veces me miro y todavía veo la niña que fui
alguna vez...
La Sonrisa rodeada de alfajor de chocolate, las rodillas cubiertas de raspones y unos pies que nunca dejaban de moverse siempre llevándome
de una aventura a otra...
Es asombroso darme cuenta de cuanto crecí y cuanto crecemos todos...
ya deje de ser una niña para enfrentarme al mundo...
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